miércoles, 3 de septiembre de 2014

No quiero que regrese la luz.

Mi padre dice:
no salgas
y me siento pájaro.

Me dice: es tarde
mientras se congelan mis piernas
y el tic-tac de mi pecho
lo afirma.

Se cierran todas las puertas
y no quiero que sigan dando cuerda
a la noche
la deseo suspendida sobre nosotros.

Es un destierro al que me someto
el sacrificio de todas las ventanas
en las que descubro miradas ajenas.

Es la habitación una patria
Con banderas de sombra.

Mi padre calla
porque aún no me invento
un mundo posible
un mundo suficiente
algo para contener este cuerpo que se derrama.

Cuando se reanuda el mundo
siempre pierdo algo
en toda esa obscuridad
que intentamos ahuyentar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario